Habiendo presenciado anoche el maravilloso espectáculo que ofreció en el Estadio Unico de la Ciudad de La Plata, decido escribirle estas palabras a modo de agradecimiento, y para expresar algunas de las emociones que me ha provocado.
Sé que recibirá a diario cientos de mensajes como éste, pero confío en que encuentre un momento para leerlo. ¡Además usted me conoce! Soy ese de anteojos y campera con parche beatle que estaba a la altura de la torre de sonido, a su derecha. El que se puso a saltar como un resorte apenas empezó eso de 'It's been a hard day's night..'
Quería contarle que pese a saber de antemano 'la mayoría de las cosas', no pude evitar sorprenderme ante la vitalidad con la que usted lidera su banda no solo de modo simbólico, sino literal. Cómo, pudiendo pararse como una leyenda al apaño de sus excelentes músicos, decide cumplir con maestría el rol que corresponda a cada uno de los instrumentos que interpreta, sosteniendo por sí solo el show durante varios pasajes.
(Luego un amigo me contó su secreto: "En los conciertos Paul no consume energía" me dijo, "sino que la genera, por eso hace que todo parezca fácil, está siempre de buen humor y no luce jamás agotado. Para él sigue siendo un juego")
Debo agradecerle que haya tenido la deferencia de hablar en español durante todo el show, y reproducido con esmero nuestros cantos de tribuna. Detalles como el de la niña que subió a cantar y tocar el bajo en Get Back, además de su profesionalismo y nivel de entrega tal, que hasta logra convencernos que está viviendo una noche única y especial. Gracias también por los homenajes a John y George y esa versión tan cálida de Something.
No puedo dejar pasar la acertada elección del repertorio, que con abundancia beatle esquivó inteligentemente las décadas del '80 y '90 y viajó de Can't Buy my Love a Save Us de su último disco, de Love Me Do al reciente Four Five Seconds (aunque no haya traído a Rihanna) o de Blackbird a Queenie Eye. Sin embargo si me permite, de tan abrumadora lista aún puedo resaltar algunas gemas como We Can Work it Out, Eleanor Rigby y Carry That Weight, aparte de los de Wings (ya que soy uno de los WingFans a los que se refirió) y todo el final desde Let it Be a The End.
Agrego que la ceremonia del coro final de Hey Jude junto a otras 50000 personas que hubiesen deseado escribir una carta como esta -y tal vez lo hagan- quedará en mi memoria como uno de los momentos mas intensos y felices de mi vida. Además le confieso (que quede entre nosotros) que tras haber visto innumerable cantidad de recitales y con otros que si Dios quiere aún me faltan, dificilmente otro artista me movilice a trasladarme 50km, caminar otros 5 y estar parado 4hs. Si viniera The Who, probablemente. Tal vez Fleetwood Mac, o si resucitara alguno de esos amigos suyos de quienes ya hablamos.
Como consecuencia del paso inexorable del tiempo, mas temprano que tarde usted estará tal vez cansado o imposibilitado de presentar esta clase de shows de estadio, y yo de presenciarlos, por lo que esta nueva visita fue tanto oportuna como indispensable. ¿Dijo 'hasta la próxima' en el cierre? Entonces puede que todavía falte para eso.
Por todo esto y otras tantas sensaciones que soy incapaz de poner en palabras, es que me encuentro en la necesidad de recurrir a un lugar común: Usted es el Mas Grosso.
Aquí termina esta carta que se extendió mas de lo previsto, por lo que espero no le haya resultado tediosa su lectura.
Me despido de usted con un afectuoso saludo y los mas sinceros deseos de Amor, Paz y Salud.
A.D.B. Buenos Aires, 18 de Mayo de 2016
3 comentarios:
Me emocionó su carta señor, y me hubiera gustado hacer unos 1400 (aprox) km para poder estar ahí. Maldito unitarismo argentino. Brindo por ud, como al igual que yo, todavía me emociona la música.
Espléndida carta señor A.D.B.
Tal vez tarde en contestar, como Ringo a Marge, pero lo hará.
Yo no tuve el gusto esta vez, pero pude comprobar en River que es el Más Grosso.
Abrazo!
Gracias amigos, un abrazo!
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