Publiqué estas entradas sobre el impacto de la Música Disco en la Argentina de finales de los '70 en forma separada en 2010 (18 de Junio, 12 de Julio y 24 de Agosto) pero siempre pensé que deberían ser leídas juntas y de corrido, lo cual no es fácil de lograr en el formato de un Blog. Ahora presento las tres entradas en una, lo que se acerca bastante a la idea original de cuando fueron escritas. Por supuesto algunas ideas o incluso la 'forma' de estas notas pudieron sufrir algunos cambios con el paso del tiempo, pero ponerme a corregir me hubiese llevado a reescribirlas completamente. Así que aún pensando que algunos párrafos merecen ser revisados, acá están tal cual fueron publicadas en su momento.
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Mientras el Punk revolucionaba la industria de la música en los mercados más influyentes, en Argentina ése impacto no sería determinante -al menos hasta algunos años más tarde- y fué la Música Disco -de la mano de la película "Fiebre de Sábado por la Noche" con John Travolta- la que polarizó el gusto y el estilo de los jóvenes...
Los adolescentes del '78 / '80, nos encontramos en la necesidad de optar entre la música que usábamos para bailar -en los "asaltos" o primeras fiestas de Carnaval- y la "otra" música que inevitablemente aparecía en simples y LPs que se iban filtrando... (recordemos además que muchos artistas de Rock como Rod Stewart, Pink Floyd o Kiss hicieron temas bolicheros que fueron una especie de "puente" entre ambos universos)
En algún momento el dilema debía resolverse sin medias tintas. La moda "Disco" representaba una dócil asimilación de las pautas de comportamiento colectivo aceptadas socialmente, siendo la música un objeto recreativo para mera diversión...
Muy distinto era el entorno de la "Música Progresiva", con el ritual de los recitales, la escucha grupal de discos (analizando las letras y las carátulas), y toda la corriente de reflexión derivada de la primera movida contracultural -o Hippie- que venía de diez años atrás...
El contexto histórico -plena dictadura militar con restricción de derechos- debe ser tenido en cuenta, pero en el momento no era percibido en toda su magnitud, y mejor es analizarlo en retrospectiva (hay algo sobre el tema en el artículo "Rock y Dictadura" (http://algomasquerockandroll.blogspot.com.ar/2010/03/rock-y-dictadura.html)
Lo cierto es que la ropa y los discos (¡y el pelo largo!) eran casi una declaración de principios, aunque alguna música valiosa quedara a un lado, o hubiese elecciones arbitrarias (¿Probaste volver a ver Saturday Night Fever?)
Subestimar ésa época de adolescente -por su innegable inmadurez o la rebeldía propia de la edad- sería un error, al menos en mi caso. Aquellos años formativos fueron determinantes, y hoy me atrevo a asegurar que tras una lógica evolución, esos ideales no han variado tanto.
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La controversia entre la Música Disco (y por extensión otros estilos "complacientes") y la Progresiva (se usaba el término para casi cualquier forma de Rock), alcanzó niveles editoriales hacia 1979 en la revista "Rock Superstar", que pasó a llamarse "Rock y Pop Superstar" primero, y finalmente "Nueva Superstar"...
Una parte de la redacción -encabezada por Rafael Abud- aceptaba de buen grado la "Disco", comentando y reseñando con objetividad trabajos de Bee Gees, Abba o Cerrone entre otros, mientras que periodistas como Gloria Guerrero, consideraban que ésa corriente "comercial" no podía formar parte de la revista...
(Con la participación activa de los lectores, debo decir que a veces se notaban mucho las tensiones internas).
Podía aparecer una reseña de "dos estrellas" para un disco de Stanley Clarke por sonar demasiado "fácil", y al lado una calificación óptima para uno de Abba, obviamente realizadas por distintos periodistas... (Es justo aclarar que Abud también escribía -con conocimiento de causa- sobre una variedad de artistas, desde los Beatles a The Yardbirds)
El final del cuento terminó dejando afuera a la facción que defendía a la Disco, y la "Nueva Superstar" siguió -aunque iba a dejar de salir en no mucho tiempo- con una línea editorial dedicada a la Progresiva, que de a poco incorporaba al Punk y la New Wave.
El cambió le dió mas coherencia a la que de todas maneras era la revista de Rock más "equilibrada"... La "Pelo" nunca incluyó música Disco, pero las notas y comentarios eran algo distantes y poco profundos, mientras la excelente "Expreso Imaginario" era más amplia -con notas sobre Literatura y Ecología- y recién la disfrutaría plenamente un poco más adelante.
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Situado en tiempo y lugar, el asunto "Disco vs Progresiva" tenía sentido en cuanto había una necesidad de pertenencia e identificación con un estilo de pensamiento y actitud, cuya forma más visible era la música. Cómo en toda elección, algo se pierde en el camino... Con el tiempo entendí que los límites a veces son difusos, y que generalizar no es bueno.
Los rockeros de aquél final de década ('70s) veíamos con desconfianza a cualquier grupo o estilo asociado a la música Disco, y quedaban afuera el Funk y el Soul (poca bola a James Brown o Parliament), por lo que escuchábamos muy poca música negra (salvo el Jazz-Rock) ya que el Blues tampoco sonaba demasiado por entonces...
Obviamente los Bee Gees también fueron víctimas de una total indiferencia, aunque su obra anterior a "Fiebre de Sábado por la Noche" no mereciera pasar desapercibida...
Pero no conformarse con lo que pasaban por radio o televisión, interesarse en apreciar nuevas -o viejas- formas de música no tan accesibles (¡mientras más difíciles de escuchar, mejor!), y aprender a diferenciar influencias y estilos, fueron -entre otras cosas -una base que a la larga me hizo "recuperar el tiempo perdido".
Con los años, aquel "entrenamiento" me permitió apreciar una variedad mucho más amplia de música, y disfrutar de gente como Sly & The Family Stone, Isaac Hayes y tantos otros, cerrando el círculo con un resultado favorable.
7 comentarios:
no está mal refrescar algunas entradas que nos parecieron interesantes.... a mi me pasa la revés, tengo ganas de partir alguna porque escribí demasiado en su momento ja....
la música disco es un tema, cosas buenas y muy muy malas.... peor bueno, yo quería ser Travolta de chico también...
Me parece que esto de dividir las aguas en dos es parte de nuestra idiosincrasia. Peronistas/radicales, boca/river. Con el tiempo (costó mucho tiempo) aprendimos que no hay que hacer eso con la música. (recordemos las pugnas que no llevaban a nada: Redondos/Soda Stereo o Stones/Ramones). Me parece que en la entrada 3 dejás en claro que debe haber más comunión entre los estilos y que de todos se puede apreciar algo, aunque sea mínimo.
Me gustó la diferenciación entre revistas que hacés en la 2. Casi que ahí está la idea para un nuevo posteo. Te lo dejo picando...
Saludos!
JLO: Je je.. Sí, todos!
Frodo: Gracias por tu comentario!.. Lo de las revistas merece varias entradas, tenés razón!
Gran texto. A mí me pilla esto lejano: nací en 1990 y esta música, por el abismo generacional existente, no logré conectar con ella; aunque sólo puedo decir una cosa: ole por el post. Qué maravilla, Aldo.
Pedazo de blog el tuyo.
Gracias Alex.. a todos le dirás lo mismo, ja ja!
Creo que en todas las épocas todos tuvimos (tenemos) un momento talibán. La generación rockera de los 70's le declaró la guerra a la música disco sin olvidarnos que el punk lo hizo contra el progresivo. Los heavys de los 80's al pop edulcorado y new romantic. En los 90's pasamos del grunge frente al tecno o el rap. El hardcore contra el hip hope. Yo nací en el 67 y me crié escuchando tooooodo tipo de música. Muchas cosas elitistas y otras bien grasas. Me gustaba todo. Mi adolescencia, por ende, fue en los 80's pero, cosa extraña, iba a contramano de mi generación. No me gustaba el sonido de esa década y me deboraba los intérpretes de los 60's y 70's (aún lo hago). Pero para no irme por las ramas (que no me cuesta nada), si alguien critica "Nights on Broadway" de los Bee Gees y después salta diciendo lo bueno que es el último de Calamaro, no me merece ningún respeto. Creo que en el Disco como género se mezcló mucha cosa berreta y otra de gran calidad. Nombré a los Bee Gees y pese a que para muchos esa etapa de su carrera es una mala palabra, anlicemos las melodías, los arreglos vocales e instrumentales y el staff de músicos de sesión... ¡y nos tapan la boca! No es lo mismo que poner al lado a Anita Ward con "Bring My Bell". Lips Inc no tenía nada que ver con Parliament o Boney M con Earth, Wind and Fire... ¡No jodamos! saquémonos el prejuicio y volvamos a escuchar esos temas. Tal vez (seguramente) nos encontremos conque muchos de ellos no nos resultan tan malos como entonces y quizás podamos sentir inclusive que nos gustan.
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