martes, 13 de agosto de 2019

Lo Mejor de Algo Mas Que Rock and Roll, 10 Años: La Ultima DISQUERIA

Pese a la merma de publicaciones, que cualquier seguidor obviamente habrá advertido, el Blog sigue en pie, y la falta circunstancial de actualizaciones es debido al poco tiempo que me dejan nuevos compromisos laborales (¡Que bienvenidos sean!)...  Mientras esperamos una reactivación regular y definitiva, empecemos a festejar los diez años de Algo Mas que Rock and Roll republicando algunas entradas de las que mas me gustan, o mejor aceptación tuvieron.
Empiezo por este delirio publicado originalmente el 15 de Marzo de 2016




La Ultima Disquería Sobre la Faz de la Tierra

Publico este relato o mini cuento a modo de resumen de las obsesiones contenidas en el Blog, con el secreto deseo de que algún día integre las páginas de un improbable 'Apocalipsis del Melómano' o similar.


He visto el futuro.  Contemplé rascacielos donde hoy hay baldíos, y caminé al lado de personas cuyos abuelos están por nacer.  Descansé a la sombra de árboles que aún no fueron plantados.  Respiré el aire de las próximas generaciones.

Asistí a un concierto de Rock donde cientos de personas bailaban y saltaban en el mas absoluto silencio, porque la mùsica llegaba por unos auriculares que entregaban en la puerta.  El audio era de calidad asombrosa y prístina claridad , pero la música malísima.  Terminado el recital vi como toda la gigantesca estructura de escenografía y pantallas desaparecía en un instante.  El coloso simulador virtual se desplegaba sobre una gran tarima elevada.  No había baffles ni amplificadores, pero las personas todavía necesitaban una superficie para transitar.

Recordando las terribles consecuencias de películas como Volver al Futuro, evité la tentación de buscar a mi familia y descendientes, así que estaba listo para emprender el camino final.

Las hazañas épicas cuentan de hombres que luchan, sufren y juegan con la muerte antes de lograr su objetivo, pero la verdad que me fue tan fácil como nunca hubiera imaginado.  Siempre con la certeza que ahí donde tuviera que ir, cualquier camino me iba a llevar.

La disquería no era muy distinta a otras donde estuve, pero tampoco igual a ninguna.  Me impactaron especialmente los otrora flamantes 180g Vinyl Reissue, allì con sus tapas gastadas y bordes corroídos.  Pero también había pilas de cds y hasta un sector con cassettes finamente acomodados.

Fuí hasta el hombre del mostrador con cautela, para no inquietarlo con alguna actitud que revele mi origen.  Pero él parecía saberlo todo.
"Lo estaba esperando", me dijo.

Quise saber si había llegado al Lugar, si no existía en el mundo otra disquería aguardando al extranjero del tiempo.

"Su búsqueda terminó.  Usted a visitado las disquerías de cada ciudad que conoce.  Pagó precios extraordinarios por box sets que no valían la pena, y adquirió joyas de la música por dos mangos persiguiendo el disco que salvara su vida, hasta que decidió viajar en el tiempo para encontrarlo.  Durante años ordené y clasifiqué celosamente miles de ejemplares entre los cuales está ese disco que contiene todos los secretos, sin saber cual es.  Pero Usted ha llegado, y ahora puedo descansar."

Entonces le pregunté al Sabio Disquero como podría reconocer ese disco.

"Un disco es todos los discos.  En su camino hacia la canción perfecta cada artista graba siempre la misma, aunque le ponga distintos nombres.  Todos  buscamos el disco que contiene las respuestas a nuestras preguntas.  El que reúne todas las cintas enganchadas en los autoestéreos.  El que pasado al revés suena igual.  Aquel que revela el total de músicos que integraron King Crimson.  El Aleph del melómano.  Ese LP cuyo surco concéntrico final loopea hasta el infinito los destinos de nuestra existencia."

Elegí uno que me gustaba y me dispuse a pagarlo, pero el Hombre del Mostrador tenía otro plan:

"¿En que moneda cotizan las canciones que Jimi Hendrix no llegó a grabar?  ¿Cuanto vale un pasaje al infierno?  ¿Cambiaría sus sueños por la certeza de lo que es imposible?
La Fe nos hace libres pero el Conocimiento Absoluto es nuestra condena, y el olvido su redención.  Llevelo nomás, ya cierro.  Usted ha sido mi último cliente."